1A. Presentando a nuestro ejército: ¿qué es el sistema inmunitario?

El sistema inmunitario es la línea de defensa frente a las agresiones externas (bacterias, virus, hongos, por ejemplo) e internas (como las células tumorales). Aunque seguro que estarás pensando que lo que voy a explicar es muy difícil, te reto a que sigas leyendo para descubrir que no solo no es complejo de entender, ¡sino que además es apasionante!

Para que todo sea más sencillo, te invito a borrar todo lo que tengas en la mente y a diseñar un enorme complejo rectangular vacío, donde irás metiendo poco a poco a los soldados (las células del sistema inmunitario) y los edificios (lugares donde se forman y entrenan estos soldados) que, en conjunto, darán lugar a nuestro ejército interior, esto es, a nuestro sistema inmunitario.

Lo primero de todo: los bandos

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Aunque pensemos siempre en ellos como aguerridos guerreros, lo cierto es que algunos soldados también son bastante tranquilos. Fuente

Lo primero es lo primero: en nuestro ejército existen dos bandos bien diferenciados. El primero de ellos está constituido por unos soldados muy rápidos y brutos, que conforman el conocido como sistema innato de defensa (esto quiere decir que siempre están ahí y no tienen que recibir ningún entrenamiento especial). El otro bando lo componen otros más lentos, pero muy, muy selectivos, conocidos por recibir un entrenamiento muy duro y especializarse en un invasor particular, algo de lo que los guerreros del sistema innato no pueden presumir. Estos últimos guerreros son los que conforman el bando conocido como sistema adaptativo y, a diferencia del primero, no está presente en todos los organismos, así que los humanos somos, desde luego, unos privilegiados por contar con ellos.

A los guerreros rápidos y brutos les da igual que un invasor sea A que B: ellos montan una respuesta muy rápida para intentar repeler a los intrusos en su primera incursión al organismo, evitando así que puedan propagarse. Estos soldados son en realidad la última línea de defensa innata, puesto que para que actúen, los invasores han tenido que superar otras barreras de protección externas, como la piel, la saliva o el ácido del estómago, y las mucosas, una suerte de barrera «pegajosa» que impiden a los patógenos que tomen a nuestro cuerpo como un complejo vacacional.

Por otro lado, los soldados lentos, pero selectivos sí que son capaces de especializarse en un enemigo A o B. Esto quiere decir que, si el primero decide retarnos, los guerreros de este bando se especializarán en atacarlo; por lo tanto, suele llevarles más tiempo entrar en acción. Pero, cuando lo hacen, ¡lo hacen y bien! Es más, como verás un poco más abajo en esta misma entrada, estos soldados son capaces de generar generales…¡de memoria! ¡¡Sigamos la aventura!!

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Los guerreros del sistema adaptativo son más ninja style, esperando el momento adecuado para el golpe certero. Fuente

Los edificios: la incubadora, las academias y los centros de inteligencia.

Empecemos ahora a añadir edificios a ese complejo rectangular que debemos tener en mente. Lo primero que necesitamos es algo que nos permita crear reclutas, ya sean de un bando u otro. Así que introduzcamos un primer edificio, bien grande en el centro, al que llamaremos incubadora (la médula ósea). En ella, podéis meter ya a unas protagonistas muy importantes: las células madre hematopoyéticas. Son ellas, y solo ellas, las que darán lugar a tooooodos y cada uno de nuestros soldados. ¿Sabéis donde se encuentran en realidad? ¡En el interior de los huesos! Cada día, estas células madre están continuamente produciendo millones y millones de hijas que finalmente darán lugar a todos los luchadores de nuestro ejército interior, tales como los conectores células dendríticas, los aguerridos macrófagos, las guerreras asesinas naturales, los soldados T o nuestros soldados productores de misiles los conocidos como soldados B.

Vale, la incubadora genera reclutas. Estupendo. Sin embargo, algunos guerreros deben seguir entrenándose para llegar a ser alguien, como ocurre por ejemplo con los soldados T, por lo tanto, ¿alguien ha mencionado una academia de entrenamiento? ¡Bingo! Añadamos otro edificio a este rectángulo mental que tenemos: la academia de entrenamiento de soldados T, más conocido como timo, un pequeño órgano del que igual nunca has oído hablar pero que se encuentra a la altura de nuestro corazón. Gracias a la timo-academia, las inocentes células T se convertirán en verdaderos guerreros T.

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Centros de inteligencia (nódulos linfáticos): siempre esperando a los conectores… Fuente

Los primeros momentos de invasión son generalmente puestos bajo control por los guerreros del bando rápido y bruto, del sistema innato. Sin embargo, puede que no sea suficiente para acabar con la amenaza, por lo que se requieren los servicios de los guerreros lentos, pero selectivos, para darles el toque de gracia final a los enemigos y decirles: ¡Sayonara, baby. Gracias por venir! Y sí, los soldados lentos pero selectivos son realmente buenos, pero tienen un pequeñísimo problema: para empezar a entrenarse frente a una amenaza deben recibir un reporte de batalla inicial (al fin y al cabo no se consideran unos «mindundis» para tener que ir primeros al campo de batalla). Esto quiere decir que, llegados a este punto, necesitamos un nuevo edificio en nuestra mente: los centros de inteligencia, que podéis situar practicamente por casi todo ese complejo mental que os estáis formando. También conocidos como nódulos linfáticos, o ganglios linfáticos, son los lugares donde los soldados T y B estarán esperando a que alguien les lleve el reporte de como va avanzando la lucha. Pero, espera, ¿quién lleva este reporte de batalla? Por que claro, solo no se va a llevar. Pues una pista: los soldados «que unen dos mundos» os pueden ayudar. ¡Os invito a leer después esa entrada!

Los centros de inteligencia puede palparse en algunos lugares de nuestro organismo (por ejemplo en el cuello, o en la ingle), mientras que otros están más profundos y no podemos sentirlos: ¡pero ahí están! En casos en los que los invasores deciden atacarnos, los centros de inteligencia pueden agrandar su tamaño, debido al bullicio de entrada y salida de reportes de batalla, soldados especializados…etc. En otras ocasiones, los centros de inteligencia son también usados por las células rebeldes, que originan los tumores, por lo que lo ideal es que si estos centros se encuentran agrandados durante mucho tiempo…¡mejor visitar a un médico para que nos de una valoración!

Las trincheras

Ya hemos visto más arriba que las primeras líneas de defensa del bando innato estan compuestas por barreras físicas que impiden la entrada de organismos invasores. En nuestro rectángulo mental podríamos situarlas prácticamente en los bordes, impidiendo el acceso a alguno de los edificios que ya teníamos. Como ejemplo, ya veíamos a la piel, o a las mucosas.

Ahora bien. Si las barreras físicas fallan en un primer momento, los invasores no lo van a tener tan fácil para moverse libremente por el organismo: ¡para nada! Por lo general, justo debajo de estas barreras físicas encontramos a un grupo muy variados de guerreros que están alerta de lo que pase a su alrededor. Es lo que yo suelo llamar las trincheras, que no solo sirven para repeler de forma inicial a los atacantes, sino que sirven también como lugar de captación de «reportes de batalla» que serán posteriormente llevados a los centros de inteligencia. Los últimos estudios están demostrando la existencia de unos guerreros muy partículares, parecidos a los guerreros lentos pero selectivo pero con propiedades de guerreros rápidos y brutos: las innate-like cells (os hablaré de ellas en el futuro).

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La piel es un ejemplo claro de colaborador-barrera de nuestro ejército. Y, por supuesto, contiene trincheras. Fuente

Los generales de memoria (la memoria inmunológica)

He mencionado en los bandos que algunos soldados pueden dar lugar a generales de memoria: ¿quiénes son estos guerreros misteriosos?

Vayámos a algún centro de inteligencia en nuestro complejo mental. Y pongámonos que un guerrero célula dendrítica ha entregado el reporte de batalla a un soldado T. Como su entrenamiento le dicta, estos guerreros empezarán a especializarse en el invasor cuyo reporte ha sido entregado. Así, empezarán a dividirse muy rápidamente para llegar al campo de batalla y: ¡zasca! Darle una patada bien grande al enemigo. Ahora bien, cuando la amenaza acaba, la mayoría de estos soldados T mueren. Pero repito, la mayoría. ¿Qué pasa con el resto? Pues que gracias a su excelente trabajo, ¡son ascendidos a generales de memoria! ¿Y que quiere decir esto? Pues que se quedarán en nuestro organismo patruyando para evitar que ese enemigo en particular no vuelva a entrar. Podéis suponer que tener generales de memoria frente a un gran número de invasores es genial: cuando éstos decidan entrar de nuevo, los generales los detectarán rápidamente y ¡zasca de nuevo! Ninguna oportunidad. Los generales de memoria constituyen la memoria inmunológica que, dicho sea de paso, es uno de los principios de la vacunación.

¿Te has quedado con ganas de más?

Existen otros edificios, como el «filtro de guerreros» (bazo) o los llamados «centros VIP» (lugares inmunoprivilegiados), pero esto me daría casi para otra entrada, ¡así que si os habéis quedado con ganas de más no dudéis en hacérmelo llegar a través de los comentarios! Recordar que el ejército interior con el que contáis os protege día a día frente a un sinfín de amenazas, así que lo mejor que podéis hacer es «mimarlo» lo más posible, llevando una dieta sana y equilibrada, realizando ejercicio moderado, disminuyendo vuestros niveles de estrés y controlando también los niveles de sueño, todas estas cosas bien sabidas por contribuir a alterar la capacidad de respuesta frente a los invasores. Por no hablar de que podemos usarlo para luchar contra las células rebeldes del cáncer, de que están involucrados en las alergias, en las enfermedades autoinmunes…vaya, ¡que están por todos lados!

Espero que todos hayáis podido crearos vuestro complejo personal de edificios, células y trincheras y podáis acudir a él siempre que escuchéis la palabra «inmunología». ¡Ésta puede llegar a ser realmente emocionante!

Autor: JesusBTC

Cuando estaba terminando mis estudios de Licenciatura en Biotecnología en la Universidad de León descubrí que había algo que me apasionaba más, si cabía, que la propia ciencia: ¡la inmunología! Desde entonces, y tras especializarme en esta fascinante rama de la ciencia por la Universidad de Madrid, no he parado de investigar sobre cómo ese enorme ejército que todos tenemos es capaz de influenciar prácticamente todo lo que nos rodea. Tras terminar mis estudios de doctorado en la Universidad de Wurzburgo (Alemania), actualmente trabajo en el Instituto de Biología Molecular de Maguncia (Alemania), donde compagino con labores de divulgación a través del Blog "Immunonews: ¡El blog guerrero!" y la Sociedad Española de Inmunología.

6 pensamientos

  1. Hola Jesus, santo las gracias desde México por tu blog tan interesante. Quisiera preguntarte por las Inmunoglobulinas, en especial IgE. ¿En qué sitio se forman, quien las forma y cuánto tiempo viven en nosotros?, ¿Su presencia en cantidad elevada se debe necesariamente a alergias o hay otro significado? ¿Qué las regula en casos de alergias múltiples? Respecto a las IgG, estas también se relacionan o no con una respuesta alérgica o realmente su presencia tiene otro significado clínico? Gracias!

    1. Hola Mirna,

      Gracias por tus palabras sobre el blog. En dos semanas se celebra el Día Internacional de la Inmunología, cuyo tema en este año son las alergias. Por este motivo realizaré una nueva entrada sobre este proceso, incluyendo a las IgE. Como me preguntas por las IgG, las incluiré también en la entrada, ¡así que te contesto en unas semanas!

      ¡Saludos desde Alemania y gracias por seguirme!

    2. Hola de nuevo Mirna,

      Ya que no pude incluir todas tus preguntas en la nueva entrada, te respondo de nuevo.

      «¿Su presencia en cantidad elevada se debe necesariamente a alergias o hay otro significado?»
      Las IgE son las respuesta natural de nuestro sistema inmunitario frente a las invasiones por gusanos parásitos, los tradicionalmente llamados helmintos. Por lo tanto, un incremento en los niveles de IgE en sangre podría no deberse a alergia, sino a estas infecciones, si el resto de síntomas así lo sugiere.

      «¿Qué las regula en casos de alergias múltiples?»
      De eso he hablado un poco en la entrada, concretamente en la parte de «alercombo» (https://seiblogblog.wordpress.com/2017/04/23/por-que-algunas-personas-odian-la-primavera-alergias-a-la-vista/). En realidad, la producción de IgE es siempre la misma, lo único que algunos alérgenos se parecen mucho entre sí, por lo que aunque se ingieran cosas que, a primera vista parecen distintas, para nuestro sistema inmunitario no lo es tanto.

      «Respecto a las IgG, estas también se relacionan o no con una respuesta alérgica o realmente su presencia tiene otro significado clínico?»
      La respuesta corta sería: las alergias de tipo IgE son las rápidas, que se desarrollan a los pocos minutos de ponerse en contacto con el alérgeno por segunda vez. Corresponden a la hipersensibilidad de tipo I. Las alergias de tipo IgG son las lentas, que tardan hasta varios días tras haber ingerido el antígeno en cuestión y se corresponden con la hipersensibilidad de tipo III. En realidad, los anticuerpos IgG son los que las células plasmáticas producen para la respuesta de memoria a largo plazo, ya que son los que mas duran en nuestro organismo. Sin embargo, esto es realmente perjudicial para los alérgicos con respuesta de tipo IgG, ya que quedarán pululando por ahí hasta encontrarse con el antígeno de nuevo, produciendo la alergia posteriormente y produciendo síntomas.

      Espero que te valgan.

      ¡Saludos!

  2. Gracias me encantaría que hablarás de la alergia al pescado y porque se produce para poder explicárselo a mi hija que es alergica

    1. Hola Luisa,

      Como comentaba más arriba, la semana que viene habrá una entrada dedicada a las alergias. Haré referencia a la alergia el pescado para que puedas comentárselo a tú hija cuando te pregunte.

      ¡Un saludo!

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